Los odiados cincuenta.

Los cincuenta son terror por el paso que suponen, por el cambio, por el hecho que supone cumplirlos. Ahora bien, atendiendo al lado positivo de la palabra, y al balonpié en concreto, podemos armar un gran equipo sin sobrepasar tal cifra y obviando sueldos, aunque por supuesto atendiendo a los emolumentos de cada jugador.

Comenzando por la portería, debemos atender al caso de Diego López, actualmente en el Espanyol, club de segunda división, y que en verano saldría gratis del club, siendo un guardameta curtido y perfecto para la Liga española. Como suplente por supuesto nos nutriríamos del filial, siendo esta opción casi idéntica en cualquier posición, pues como ya indiqué en otro artículo, no existe un reserva más motivado y a la vez, económico, que el que uno mismo acuna.                                                            Pasando al entramado defensivo, nos haríamos por un coste de tres millones y con una perspectiva de dos temporadas a lo sumo (De ahí que el sueldo, alto pero asumible, no suponga un problema a largo plazo) con Holebas, defensa de 35 años que formará pareja con Demiral, promesa de la Juventus que ante el fichaje de De Ligt busca nuevo equipo, siendo una gran amalgama de frescura y sapiencia el dúo que propongo. En todo caso, el fichaje sería se elevaría a unos 10 millones, siendo eso sí más baja su ficha y equiparando el coste al de Holebas, siendo su recorrido mucho mayor. Como suplentes, incluyendo la cantera, tenemos la opción de Carriço o Naldo, también clásicos de la liga.                      Para ocupar los laterales proponemos a la terna; Coke,Antunes,Barragán, a escoger, en una suerte de exámen escrito, dos de las tres opciones. El coste del traspaso es un cero indiscutible, siendo el sueldo coherente con su edad.

Una vez llegados al medio del campo contamos con cuatro pretorianos, Eraso, de buen desempeño en el Eibar y regular en su juego, coste nimio además. Riqui Puig, quien con una buena oferta debería salir de un club donde el autosabotaje está a la orden del día, permitiendo por unos diez rubíes la fuga de tan excelsa promesa. Aportando envergadura Markel Bergara se impone, gastando por último 20 millones en el diamante italiano del que la Roma presume, Nicola Zaniolo, llamado a ser un genio. 

En el regimiento de artillería, por apenas cuatro millones adquirimos a Santi Mina, delantero temperamental que cede el alma en cada encuentro y que aún no tocó techo, a su lado, y por dos millones apenas, Sergio León, sin lugar en el Levante, apuntalaría el ataque.

El coste total no llega al límite siquiera, pudiendo destinar los víveres sobrantes a los sueldos e imprevistos.






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